Las vacaciones de verano llegan a su fin y aquellos que tienen hijos en edad escolar no saben si agradecer que los chicos vuelven al colegio o sufrir porque una vez mas comienza la vertiginosa rutina mañanera. Lo que algunos adolescentes esperan con ansia, para otros representa un reto y enfrentarse a sus miedos. Diferentes perspectivas ante una misma situación.

Cada año me gusta planear un viaje en familia, con el tiempo suficiente para investigar que queremos visitar, imaginar cómo serán los lugares e intercambiar opiniones con personas que conozcan ese lugar, siempre son valiosas las recomendaciones.

Cada miembro en la familia escoge una actividad que compartirá con todos durante el viaje y todos aceptamos probar esta nueva actividad. Esto nos permite intercambiar emociones, opiniones y gustos, respetando nuestras diferencias, nos vamos conociendo mejor.

Como podrán imaginarse, lo que cada uno valora y disfruta depende de varios factores, pero principalmente de la situación, lugar, momento y gustos de la persona en cuestión. Mi hijo de 10 años quería  ver un partido de baloncesto, mientras que yo elijo ir a una exhibición de vidrio soplado.

Como yo lo veo…. La clave del éxito es el RESPETO.

1.     Respeto y soy honest@ conmigo sobre lo que me gusta y lo que me hace sentir bien.

Es importante conocernos y entender cómo nos sentimos respecto de las cosas, situaciones y personas. Ser honesto contigo no implica que tienes que contarlo a nadie, solo hablarte con verdad. Cuando realmente me escucho y entiendo que algo me apasiona, me es más fácil explicárselo al otro. Por el contrario, cuando trato de auto convencerme de cambiar de opinión, negando o repitiendo frases, generalmente fracaso. Es mucho más fácil abrirse a un cambio si entiendo el origen.

¿Qué es lo que me gusta?  ¿Cómo me hace sentir?  ¿Qué me significa?

2.     Respeto y escucho lo que al otro le gusta y le hace sentir bien.

Respetar y escuchar al otro me permite crecer. No significa estar de acuerdo, significa abrirme a tener una perspectiva distinta, una que tal vez en una situación diferente me sea útil.  Piensa en un avión, las diferentes reacciones que tienen las personas ante el llanto de un bebé. Ahora piensa en un jefe, todas las ideas que tenías de cómo tu jefe podría ser mejor, hasta que por primera vez te toco ser jefe. Te aseguro que varios en tu equipo también tenían sus propuestas.

¿Qué es lo que le gusta?  ¿Cómo le hace sentir?  ¿Qué le significa?

3.     Respeto mis límites

Y aquí hablo de tener límites que me convengan, límites que me mantengan en una zona en la que me siento cómodo y seguro.  Es sustancial saber hasta dónde si y hasta dónde no.  Si una situación me lleva fuera de mis límites, mis emociones, mis pensamientos, mi estado de ánimo, mis palabras y mis reacciones saldrán también de los límites en consecuencia, afectándome a mí y a otros.

Respetar mis límites y pedir al otro que los respete, le permite al otro conocerlos y sabrá que yo respetaré los suyos

Disfruté acompañar a mi hijo a su partido, me abrió un espacio de conversación con él y me ayuda a entender mejor sus motivaciones, sin embargo, aun cuando entiendo su amor por los reptiles no estuve dispuesta a abrazar a una serpiente.

.. Por cierto, ellos también me acompañaron a la exhibición.

Como yo lo veo… el arte de ser feliz empieza en mí.

Ale Obregón

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