Eso de lo que NO hablamos en la mesa... parte2
2023-10-25 | por Ale Obregón
¿Por qué es tan difícil hablar de religión?

Casi sin importar la religión que profeses e incluso si eres ateo, podemos encontrar puntos de convergencia entre lo que creemos. El cristianismo y el budismo, al igual que muchas otras religiones, promueven principios fundamentales como la compasión, la bondad, la justicia y el respeto hacia los demás, principios que, sin ser expresamente religiosos, fomentan una convivencia sana entre las personas.

 

Practicar la oración, frases motivadoras, mantras, meditación o control de la respiración son técnicas igualmente sugeridas por tu religión o por tu entrenador deportivo, y en ambos casos derivan en la búsqueda de un mejor estado físico y mental.

 

¿Entonces, por qué es tan difícil hablar de religión?

Cada vez que escucho a alguien decir que la religión divide, me invita a reflexionar sobre las creencias limitantes que puede tener esa persona.

Efectivamente, aquello en lo que creemos es clave para nuestro desarrollo y objetivos, ya que nuestras creencias nos alientan o previenen a realizar ciertas acciones.  Pero, ¿quién decide en qué creer?

 

En las sesiones de coaching dedicamos una parte importante del tiempo a revisar nuestras creencias, a tomar responsabilidad sobre ellas y a cuestionar si eso que alguna vez nos pareció certero, sigue siéndolo en mi realidad actual.

Quizá el monstruo bajo la cama hoy ya no sea real, pero lo fue durante mucho tiempo.

Información, educación y validación con la realidad me ayudan a respaldar mis creencias. Aprende a distinguir tus creencias limitantes de las creencias motivadoras.

 

Ø  Revisa creencias que limitan tu propio potencial, podrás identificarlas ya que usualmente se acompañan de un miedo.

Ø  No estes demasiado tiempo en tu zona de confort: aunque se siente “bien” estar seguro o cómodo, es menos probable que asumas riesgos o explores nuevas oportunidades

Ø  Trabaja con hechos; los prejuicios y los estereotipos pueden limitar la forma en que interactúas con los demás y la forma en que evalúas oportunidades.

 

Mantente comprensivo contigo mientras revisas tus creencias, aunque algunas hoy no hagan sentido, seguramente hicieron mucho sentido antes. Ser respetuoso con lo que sientes te mantendrá lejos de la culpa y la angustia. Se vale cambiar de opinión.

 

Una vez revisadas tus creencias podrás comunicarlas de forma clara y coherente, y los otros podrán comprender tus valores y principios. Fomentar el diálogo y la discusión abierta sobre tus creencias permite que otros compartan sus perspectivas y, posiblemente, encuentren puntos en común.

 

Recuerda que las creencias de las personas pueden ser profundamente personales y arraigadas. No todos estarán dispuestos a cambiar sus creencias.

 

Las creencias empoderadoras y motivadoras inspiran la acción, la perseverancia y la búsqueda de metas y sueños.

 

Consejo OYL Coaching: Cambiar creencias limitantes por creencias más positivas te abre nuevas posibilidades y oportunidades en la vida.

 

Ale Obregón

 

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